PLANTEAMIENTO GENERAL
Reaprovechamiento sostenible de la vinaza
Los programas de fomento de biocombustibles de numerosos países han desencadenado en los úlimos años un boom en la demanda de superficies y materias primas agrarias. La competencia por las superficies cultivables que se libra entre biocombustibles y alimentos afecta sobre todo a los países marcados por un fuerte crecimiento demográfico, combinado con una escasez de alimentos.
Ante este panorama, los combustibles obtenidos a partir de biomasa están cada vez más cuestionados: la competencia entre el uso de plantas para la producción de alimentos y de bioenergía provoca cada vez mayor malestar social.
También se critica la carga que para el medio ambiente provoca el proceso de fabricación de bioetanol. En la etapa de rectificación, por ejemplo, se genera una cantidad considerable de residuos, la llamada vinaza. Cada litro de bioetanol obtenido a partir de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera va acompañado de hasta 15 litros de vinaza. Y aunque ésta puede ser utilizada como fertilizante, el bajo valor pH de la misma y unas estrategias no sostenibles de fertilización y eliminación de residuos conducen a cargas considerables para el suelo y el agua y, con ello, a problemas ecológicos de gran envergadura. Se hace necesario, pues, desarrollar nuevas estrategias para armonizar entre sí objetivos tan divergentes como la producción de alimentos y de bioenergía.
